Consumación de la Independencia de México
El 27 de septiembre de 1821, once años y once días después del Grito de Dolores, el Ejército de las Tres Garantías encabezado por Agustín de Iturbide entró en la Ciudad de México, concluyendo la Guerra de Independencia de México.
El 28 de septiembre, Iturbide instaló la Junta de Gobierno Provisional, compuesta por 38 personas. La junta estuvo presidida por Antonio Pérez Martínez y Robles, y Juan José Espinosa de los Monteros fue secretario. La junta eligió inmediatamente a los cinco miembros de la Regencia del Imperio.
El 13 de octubre del mismo año, Ramón Gutiérrez del Mazo, el primer jefe político de la Ciudad de México, distribuyó una proclamación con la Declaración de Independencia para que todas las personas pudieran leerla, especialmente los tribunales, los gobernadores y las autoridades militares, para que la publicaran. a nivel nacional.
Redacción y firma
En la tarde del 28 de septiembre, los miembros de la Junta se reunieron en el Palacio Nacional de la Ciudad de México para redactar la Declaración de Independencia de la nueva nación independiente.
Los dos documentos resultantes fueron redactados en su forma final por Juan José Espinosa de los Monteros, Secretario de la Junta. Los actos fueron firmados por 33 de los 38 miembros de la Junta e Iturbide como Presidente de la Regencia del Imperio.
Juan O’Donojú, último jefe político superior de Nueva España, Francisco Severo Maldonado, José Domingo Rus, José Mariano de Almanza y Miguel Sánchez Enciso no firmaron los documentos, pero en los hechos se escribió: Lugar de la firma Juan O’Donoju y Posteriormente se agregó su firma en las copias impresas.
No se agregaron las firmas de otros cuatro miembros. Juan José Espinoza de los Monteros firmó dos veces en cada acto, una como miembro de la Junta y el segundo como secretario, de modo que los actos contienen 35 firmas y los designados a O’Donojú.
Una copia de la ley fue para el gobierno y otra para la junta, la última fue posteriormente enviada a la Cámara de Diputados. Ninguno de los antiguos insurgentes, como Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero o Nicolás Bravo, firmaron la Declaración de Independencia; la razón es desconocida pero probablemente porque querían una República y no un Imperio.
La Declaración de Independencia del Imperio Mexicano es el documento por el cual el Imperio Mexicano se declaró independiente del Imperio Español; aunque cabe señalar que España no reconoció a México como una nación soberana, sino hasta varios años después.
Este documento fundacional de la nación mexicana fue redactado en el Palacio Nacional en la Ciudad de México el 28 de septiembre de 1821, por Juan José Espinosa de los Monteros, secretario de la Junta Gubernamental Provisional.
Se ejecutaron tres copias del acto. Una fue destruida en un incendio en el año 1909. Las otras dos copias se encuentran hoy en día en el Museo Histórico de Acapulco, Fuerte de San Diego en Acapulco y en el Archivo General de la Nación en la Ciudad de México.