Volcán de Fuego de Colima

Su nombre representa en gran parte la fuerza y peligrosidad de este monumento natural, considerado hoy en día como el volcán más peligroso en todo el territorio del país. Su actividad constante y su composición mineral hacen de este volcán una inminente amenaza para los estados de Colima y Jalisco.

Su altura, el halo de peligro que le rodea y la evidente belleza natural que posee lo vuelven un objeto de estudio para geólogos, turistas y apasionados por la naturaleza. Si te interesa saber más, sigue leyendo para aprender más acerca del “Volcán de Fuego”.

Características

Su tamaño real es tema de debate hoy en día, pues en vista de que ha presentado reciente actividad volcánica se desconoce con exactitud los estragos que ha generado en su cima.

Previo a su última erupción, se presumía que su altura era de 3.960 metros sobre el nivel del mar. Está clasificado bajo el estatus de “Estratovolcán”, una calificación que se le da a los volcanes cuya actividad se ve marcada por la liberación de una potente y peligrosa nube conformada por gases tóxicos, residuos minerales y ceniza volcánica.

Está compuesto por una serie de capas de sedimento de sus actividades previas, andesita y ríos de lava interpuestos entre las capas sólidas. Estudios han develado que su origen se remonta al Pleistoceno Tardío.

Pertenece al Complejo Volcánico de Colima, un conglomerado de elevaciones geológicas y de volcanes entre los que se encuentran el Volcán Nevado de Colima con 4.240 metros y uno de menor tamaño de nombre Volcán Cántaro, con 2.900 metros de altura.

Se ha confirmado que los principales elementos geológicos que componen gran parte de su superficie van desde el sedimento marino, granito y piedra  cuyos orígenes se remontan los periodos Cretácico y a la Edad Cuaternaria.

Actividad Volcánica

Siendo el volcán que más actividad presenta en todo el país, el Volcán de Fuego de Colima posee un extenso historial de erupciones que se remontan a más de cinco siglos. Las erupciones de mayor magnitud ocurrieron en los años 1585, 1690, 1890, 1903, 1913 y 1999.

No obstante, se han registrado más de 40 erupciones en los últimos 450 años. En la actualidad es objeto de una constante vigilancia por parte de los organismos competentes, quienes desde el año 2015 han notado un significativo incremento en su actividad.

En caso de presentarse actividad volcánica nuevamente, sería necesaria una evacuación en los poblados más afectados por la erupción. Entre ellos se encuentran la mayor parte de los poblados de Jalisco y Colima, sin contar con la posible extensión de la nube de gases tóxicos. La explosión ocurrida en el año 2005 fue la responsable de la creación de un cráter cuya profundidad supera los 60 metros.

Los registros de actividad más recientes se remontan a la explosión del 7 de enero de 2013 que terminó en la liberación de una nube de residuos que alcanzó superar los 3 kilómetros.

Para el 2015 se produjo nuevamente una erupción que terminó en la liberación de una nube de residuos sólidos y piroclásticos cuya elevación superó los 4 kilómetros. Para mediados del mismo año la actividad volcánica inició nuevamente, acto que llevó a las entidades responsables a liderar la evacuación de los poblados afectados.

Si bien el Volcán de Fuego de Colima es una constante amenaza que acecha a las poblaciones de Jalisco y Colima, no queda dudas de que este gigante es un manifiesto del poder de las incontrolables fuerzas de la naturaleza.

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